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Nadie lo creyó después

05 septiembre 2019

Antes de abrir la puerta, Norman se preocupó. ¿Qué era ese maullido agudo, frente a la casa? Sonaba a que era chiquito. ¿Alguien lo habría tirado siendo demasiado pequeño para vivir sin su madre?

Con aprensión y urgencia, el joven salió al rellano. Vio a la pareja de felinos adultos que alimentaba siempre, inquietos, caminando de un lado al otro. Y, junto a ellos, un gatito negro. Antes de que pudiera huir, Norman lo dejó pasar e imaginó un compañero peludo para sus días.

No tuvo tiempo de ponerse contento, porque el minino empezó a correr por todos los ambientes, hasta intentar meterse dentro del inodoro en el baño.

De alguna forma, el pequeño terminó escondido debajo de la mesada en la cocina. Sus ojos tenían un resplandor azul, a la luz de la linterna con la que Norman lo buscaba. Una vez ubicado, decidió no molestarlo. Volvió al libro que había dejado, junto a su té, en el sofá. Y creyó que tendría un par de días para aclimatar a su inquilino. Sin embargo, cuando fue a la cama y apagó la luz, los ruidos fueron insoportables. Durante toda la noche, escuchó el maullido insistente de los gatos de afuera, llamando a la cría de monstruo de ojos luminosos. Eran las tres, cuando Norman lo encontró, metido en el cajón de los platos. Nunca había abierto el mueble. No había rastros de nada roto. Al día siguiente, el pequeño huracán de ojos azules apareció afuera, con los demás gatos.

***

Cant. de palabras: 250.

Pequeño relato, para la iniciativa Microrreto N°1, de El tintero de oro. La frase del comienzo debía ser incluida y la puerta debía ser un elemento. No sé si se interpreta bien, pero aquí la idea es el movimiento, a pesar de que la puerta está cerrada en todo momento. La puerta de calle y la del mueble, también.

Esta historia me pasó, con un gatito, el día de ayer. Cuando intenté contar que había encontrado al gato dentro del cajón de los platos, estando cerrado, no me creyeron. Así que sí, voy a darle un mínimo toque sobrenatural en esta historia.

1 comentario:

  1. Ese gatito, fiera loca, es un peligro ¿eh? :-). Muy bueno.

    Un abrazo

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