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La prueba del ascensor en mi cabeza

04 febrero 2017

el amanecer de la pluma negra
Hoy comienza la ronda de Blogs colaboradores, una iniciativa en la que participo desde hace un par de años. Necesito una historia para contar durante un mes. Y me han venido a la cabeza las mismas preguntas de siempre. Son esas cosas que más me cuestan a la hora de ponerme con algo nuevo. Me refiero a algo que pueda interesarme de verdad, que cuando pase el entusiasmo inicial esté bien cimentado y me permita trabajar sin volverme a rellenar baches de coherencia o arreglar clichés.

Si pongo un ejemplo de una historia que me entusiasmó mucho en el comienzo y después me hizo imposible continuar por las fallas de base, diría Fuera de su sombra. Fue la primera novelita corta que puse en mi blog anterior. Y la primera que borré, luego de mil paradas en las que me agarraba de los pelos porque no tenía idea de qué hacer después. Resulta que no sirvo para la escritura improvisada, qué remedio. No necesito una brújula, denme carteles de neón para poner en la ruta, por favor.

Ahora van a decir que el problema es mío, que debería ser más segura y amar más a mis creaciones. Bulls**t. Soy una lectora muy exigente (podría serlo incluso más, pero cuando fangirleo perdono algunas cosas, nadie es perfecto). Mi cerebro se prende como garrapata a los detalles, a las preguntas que me hace la historia a la cara cuando comienza, para no soltarlos hasta el final. Ya se imaginarán lo que pasa cuando todas esas preguntas que el mismo autor/guionista/loquesea me planteó no son respondidas en el desarrollo. Me enoja ver que algunas superproducciones de Hollywood/Bollywood/Corea no se gasten dos centavos en poner a alguien que pueda escribir algo decente para acompañar a los actores conocidos y los efectos especiales. Si soy la única que se fija en esos detalles mientras los abdominales del bombón de turno me ocupan la pantalla, les pido mil disculpas. Pero me invaden esas preguntas cuando voy a escribir algo mío.

¿De qué voy a hablar?

«De una chica que una mañana se despertó y fue a la escuela y…».

¿Y?

«Entonces se encontró con sus amigos y fueron a un concurso de baile y…».

¿Y? Todavía no me estás contando nada fuera de la rutina de una persona normal. Me duermo.

«El chico más hermoso de la clase…».

Ay, no. Resetear, resetear. Otro problema que tengo es que confundo los videos de mis artistas favoritos en youtube con proyectos viables de historias. A nadie le importa lo lindo que sea el chico, no al menos hasta que hayan empezado a leer y no mueran del aburrimiento a la tercera página. Así que tomo un libro de un autor yanqui, un tal Christopher Keane que les enseña a la gente los fundamentos de escribir un guión vendible en Hollywood, y me voy al apartado de ideas.

Ahí es cuando el tipo me llena de más preguntas, como si nada.

¿Por qué vale la pena contar tu historia?

«Ehh… Porque es el concurso de baile de preparatoria más entretenido de…».

¿Quién es tu protagonista?

«Juanita, la tierna chica de anteojos que se sienta en primera fila de clase y nadie cree que pueda bailar. Además, Juancito, que es el chico malo y le hace bullying para ocultar que la ama».

No. Juanita sería la protagonista y Juanito el interés amoroso. Concentra las cosas en algún punto de vista, no empieces con novelas corales, no se te dan bien. Además, ¿sabes siquiera lo que es el bullying y la realidad de los chicos que sufren este acoso?

«Claro. He leído historias de amor llenas de esta problemática».

¿Y el objetivo vital que hará que tus lectores tiemblen de emoción y no puedan dejar de leerte?

«El trofeo del concurso de baile es de oro y servirá para pagar el tratamiento de alcoholismo del padre de Juanita».

No habías dicho eso. La verdadera joya de la trama se esconde ahí. Quita el concurso pedorro y hablemos de hijos de padres alcohólicos.

«Pero, pero…».

Y todo esto, mientras tomo el desayuno en la oficina e intento concentrarme. En fin. Los clichés se nos implantan en el ADN a los que amamos contar historias. Porque crecemos absorbiéndolos en la tele, el cine, los libros que robamos a nuestros padres para leer en el baño. Las historias sin sentido se venden igual y hasta la llegada de internet nadie decía nada (igual ahora, a los que no entienden el éxito de ciertas historias vienen los borregos y los llenan de insultos, pero ¿para qué es el internet si no es para desatarnos con violencia por tonterías?).

La primera pregunta de todas, según Keane, debo responderla como si subiese en un ascensor con alguien capaz de publicarla y llevarla al éxito pero solo tuviera ese tiempo para convencerlo. Sé que no es idea suya pero en ese libro lo vi por primera vez. Si me escondo lo del padre alcohólico de Juanita y me pongo a hablar de los lentes y la falta de interés en el baile de la chica, me quedaré hablando sola cuando se abra la puerta. Y mi cerebro es el primero al que debo llevar en ese ascensor, hablarle y darle esa premisa de apenas un par de frases para que se decida a construir aquel nuevo mundo y convivir con él en lo que me lleve terminar.

Así que comparto con ustedes el primer ejercicio que me sentaré a hacer para esa historia de la que ni sé el nombre (no, no voy a hablar de Juanita, es un ejemplo):

Ésta es una historia sobre__________________________ que desea______________________________ ¡y hará lo que sea para conseguirlo!

Una vez completada esa simple frase viene lo difícil. Porque todo lo que escriba debe estar relacionado con eso. Si Juanita se levanta ese día y va a visitar a su abuela para descubrir un tesoro y ser secuestrada por piratas, chau premisa. Igual, si en el camino descubro que la prefiero en el mar, cambio el objetivo y empiezo de nuevo. Pero editar antes de terminar es el peor enemigo de mi paciencia.
Deséenme suerte.

8 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Mucha suerte :D Me ha encantado la entrada, además no conocía lo del ascensor pero es una prueba muy buena. En fin, espero que sigas haciendo más entradas como esta.

    ¡besos!

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  2. ¡Muy interesante! Como dicen en el comentario anterior, este tipo de entradas molan mucho y tienes que hacer más. ^_^

    Un saludo!

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  3. Muy completa tu entrada. Es comprensible sentirse así, cuando se escribe al estilo amateur. Nos volvemos exigentes con nosotros mismos y nada nos complace.
    Te deseo mucha suerte. Perseverancia es la clave del éxito.
    Bso

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  4. ¡Hola! Me encantó tu entrada, me ha recordado a una clase de escritura donde el profesor era mucho más cruel XD Le dabas la idea 'no sirve, seguí pensando o dedicate a la costura' y cosas así decía xD que por ahí, daban argumentos pensando en lo típico o en la peli taquillera del momento y como que no servía. A veces, era cuestión de hablar de normalidad y ya te hacia callar. Eso de 'un chico normal, de vida normal' y ya, no sirve, era encararlo de otra forma.

    Mucha suerte con la iniciativa <3 yo estuve indecisa de participar hasta que me eché para atrás. Quizás, en otro momento.

    ¡Un abrazo!

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  5. No está mal para escribir historias.
    El tema que Juanita no me parece un buen nombre, salvo que ese nombre sea una carga.
    No es tan facil como parece. Y ya sea ha planteado lo de la animadora, porrista, convertida en la preferida víctima de zombies como en la elegida para combatir a vampiros y zombies.
    Los desafíos musicales han cansado. Salvo que pongas la alianza entre la chica que baila y una menos atractiva, que le diseña las coreografias...basandose en matématicas,

    Tal vez podrías probar por alguna mala fama que le hacen, como el de que se desate la mala suerte a su alrededor.

    Se puede escribir desde el genero y desde los estereoptipos.

    Saludos.

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    Respuestas
    1. Sí, todo se puede dar vuelta para usarlo a nuestro favor, incluso los clichés. No voy a usar a Juanita y a Juanito. Creo que su historia deberá esperar a algún minicuento en el que se conviertan en víctimas de alguna broma o de algún final sangriento. La idea de los zombies siempre es buena.
      ¡Saludos!

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  6. Deliciosa entrada, tiene un punto reconfortante: todos pasamos por lo mismo al escribir

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  7. hola! no sabría darte un consejo, lo haces bien y pones el corazón en ello.saludosbuhos.

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