Estoy segura de que esta mezcla de sabores tiene que ser pecado para alguno de los tantos cultos que existen en esta tierra. Aunque no tenga un buen resultado, seguro mi pobre estómago sabrá perdonarme. Porque no se puede negar que una buena sopa de polvo de diamantes, con algo de ese meteorito que cayó el año pasado en el campo de tía Patricia, es irresistible. Me voy a servir un buen plato. Igual, antes le agrego algo de queso rallado.
Las palabras de este mes de enero son: antes, pecado, aunque.
Micro escrito para el reto cinco líneas de Adella Brac de enero. Y empezamos la cuenta de nuevo, wiii... El año pasado me perdí creo que uno solo de los retos. A ver si este 2020 me gano alguna medalla.
Nota al margen: Lo irracional de esta comida es el queso rallado. Soy intolerante a la lactosa, así que no. Vade retro, quesito.
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