
Luego recordó que venía doliendo de antes. Estaba incómoda, era un fantasma desde hacía mucho. Sentía que se asfixiaba, quería salir huyendo. Pero estaba ciega. No relacionaba una cosa con la otra.
A veces se preguntaba, «¿Y si hay algo mal en mí?». «¿Y si estoy fallada, si no tengo capacidad de disfrutar la vida?». Luego pensaba en que no valía la pena cambiar nada. Los cambios la aterraban. Creía que estabilidad y quietud eran lo mismo.
Hasta que el cambio tocó a la puerta. Y ella tuvo que decidirse a abrir.
Lo más doloroso para ella fue dejar la comodidad del limbo. Porque del infierno hubiera sabido cómo escaparse. El limbo la llamaba, la dejaba acurrucarse en sus nubes grises, su música al otro lado de la pared y sus ventanas cerradas para que no entrara el sol. El limbo la devoraba, en medio de gastos inútiles que no llenaban, jornadas laborales frenéticas y una letanía de «te amo» dichos por inercia.
Al final, tuvo que salir y dejar que la lluvia lavara su tristeza. Decir adiós nunca es fácil, menos si todavía hay amor. Pero al paraíso hay que ganárselo. Y ella todavía llora, a veces, pero es optimista.
Aunque el paraíso ha cambiado, sigue ahí, como un objetivo lejano pero no imposible. Algún día lo van a merecer los dos. Aunque no lleguen juntos.
+++
Esto es lo más horrible y poco inspirado que he escrito. Pero necesito poner algo. Me arrepentiría de no dejar constancia de este momento, supongo. Vengo vacía desde hace rato (al menos ya sé la razón, es un avance) y creo que las ideas de a poco están volviendo. Mirando la actividad del blog, mi bajón de publicaciones coincide mucho con el momento en que empecé a replantearme cuestiones profundas. No puedo hacer dos cosas a la vez, parece. Lo bueno es que ahora mi cabeza queda libre para volver a pensar en mi amada ficción.
Disculpen la exposición personal, tómenlo como un post reflexivo-delirante.
Voy a volver al blog como antes, con las visitas que debo y los cuentos del tarot. Necesito juntar fuerzas de nuevo. Gracias a los que están todavía por acá. Leo sus comentarios, pronto voy a responderles. Empieza una nueva etapa y que la vida siga.
+++
Esto es lo más horrible y poco inspirado que he escrito. Pero necesito poner algo. Me arrepentiría de no dejar constancia de este momento, supongo. Vengo vacía desde hace rato (al menos ya sé la razón, es un avance) y creo que las ideas de a poco están volviendo. Mirando la actividad del blog, mi bajón de publicaciones coincide mucho con el momento en que empecé a replantearme cuestiones profundas. No puedo hacer dos cosas a la vez, parece. Lo bueno es que ahora mi cabeza queda libre para volver a pensar en mi amada ficción.
Disculpen la exposición personal, tómenlo como un post reflexivo-delirante.
Voy a volver al blog como antes, con las visitas que debo y los cuentos del tarot. Necesito juntar fuerzas de nuevo. Gracias a los que están todavía por acá. Leo sus comentarios, pronto voy a responderles. Empieza una nueva etapa y que la vida siga.