
Traje el vuelto y quise guardarlo para no perderlo en gastos sin sentido. Abrí la caja azul y te juro que escuché que algo se movía detrás de la mesita. Obvio que no iba a mirar, ni que fuera adivina.
¿Y esa vez que vimos salir el humo gris de la mesita? Sabés que eso no me lo inventé.
Ahora me arrepiento de no haber colgado las ristras de ajo que mandó mi mamá, todo porque empezaste a reírte. ¿Qué se yo con qué se espantan los duendes? ¡A nadie le gusta el ajo! Lo importante es que, cuando quise darte mi parte del alquiler de la casa, más de la mitad de los billetes habían desaparecido.
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¿Duendes ladrones de dinero? Si no es verdad lo contado, es una creativa excusa.
ResponderEliminarPuede que sea un poco de ambas xD ¡Saludos!
EliminarEste duende es parecido al leprechaun que roba monedas de oro y tesoros, y el de tu relato billetes. Debiste haber visto detrás de la mesa. No se te iba a escapar hasta que le quitaras la vista. O como dice Demi, serie alguna excusa? Jajaja nos dejas en la incógnita. Muy original relato.
ResponderEliminarBsos
Sí, es verdad. Puede que sea ambas cosas a la vez xD
Eliminar¡Gracias por pasar!
¡Hola! ¡Qué divertido! Me ha encantado <3 Eso explica por qué el dinero dura tan poco (?)
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Cierto. Un beso y gracias por comentar ♥
EliminarCreo que voy a empezar a usar esa excusa jajaja Me ha resultado curioso el microcuento.
ResponderEliminar¡Un besín!
Ni el ratoncito Perez sería tan listo jejejejej
ResponderEliminarHola Cyn, he llegado por casualidad. Yo creo en los duendes, se supone que en casa de una tía muy querida habita uno, de hecho hay una foto suya, aunque algunos incrédulos dicen no ver nada donde muchos lo vemos con claridad.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
Una cosa más. Pudieras decirme qué plantilla tienes en tu blog, me ha gustado.
Saludos
Ja, ja, ja... Como el micro te lo lea algún político va a encontrar la excusa perfecta para eximirse de sus corruptelas. Sorprendente y con mucha chispa.
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