Título: Cantata de los diablos
Autor: Marcos Aguinis
Editorial: Sudamericana
Año publicación: 1972
Opinión personal: Confieso que soy fan de Aguinis, para empezar, así que si me paso de alabanzas es por eso. Pero creo que no voy a ser exagerada al decir que en cada nueva historia el autor me sorprende con algo atrapante. En este caso, se trata de tres historias que al parecer no tienen nada en común y que con el avance de la trama notamos que podrían ser una sola, o el simbolismo de una en la otra. Lo bueno de este libro fue que la historia más fantástica, la más abstracta y podría decirse que hasta mágica, fue muy atractiva. Y después los acontecimientos nos llevan a dudar de si no será ésta tal vez la más real.
Es muy extraño el libro en ese sentido, por eso puede que en los primeros capítulos uno se confunda y tarde en aprenderse bien los nombres y las relaciones del entorno de cada personaje con tanto ir y venir entre voces. Pero vale la pena, por completo.
Héctor es adorable, con sus sueños y su rectitud. Fernando Albariconte es terrible, pero es de esos personajes que uno termina por querer a pesar de todo. Los dos representan los polos opuestos en una realidad, son las dos caras de la moneda, o puede que sólo sean los dos extremos del mismo camino (pasado y futuro).
Lo mejor es que, cuando se van leyendo las vidas de uno y otro, uno quiere conservar la esperanza de que hay todavía una oportunidad, de que el tiempo no es imbatible, de que las cicatrices pueden desaparecer o ser ignoradas. O al menos, que habrá un futuro mejor en el que no se repita lo mismo del ayer. Los personajes luchan contra la enorme rueda del destino que gira con fuerza para volver al ciclo eterno.
Autor: Marcos Aguinis
Editorial: Sudamericana
Año publicación: 1972
Género: Novela
Sinopsis: "Cantata de los Diablos" es una novela estructurada con rigor musical. El relato es conducido por tres voces, identificables por corresponder a las tres personas del singular: la primera es confidencial y trágica, la segunda farsesca y la tercera simbólica; corresponden a tres dimensiones: conciencia, acontecer e ilusión. Esas voces se trenzan, multiplicando ideas y episodios. La obra avanza con nudos y descansos, estremecimientos, mística y humorismo, desde una especie de allegretto hasta un clima arrollador.La novela reúne sus materiales en una culminante unidad, donde cada uno de sus movimientos demuestra el sentido de parte necesaria.
Cantata de los Diablos pinta con fuerza magistral el patriotismo ingenuo, el desdoblamiento del hombre, la estafa, el mesianismo, la esclavitud ideológica y el imperativo de continuar soplando brasas para que el fuego no se extinga. Esta novela es un periplo estético y también una plegaria por la dignidad del ser humano, fabuloso creador de sus propios demonios.
Cantata de los Diablos pinta con fuerza magistral el patriotismo ingenuo, el desdoblamiento del hombre, la estafa, el mesianismo, la esclavitud ideológica y el imperativo de continuar soplando brasas para que el fuego no se extinga. Esta novela es un periplo estético y también una plegaria por la dignidad del ser humano, fabuloso creador de sus propios demonios.
Opinión personal: Confieso que soy fan de Aguinis, para empezar, así que si me paso de alabanzas es por eso. Pero creo que no voy a ser exagerada al decir que en cada nueva historia el autor me sorprende con algo atrapante. En este caso, se trata de tres historias que al parecer no tienen nada en común y que con el avance de la trama notamos que podrían ser una sola, o el simbolismo de una en la otra. Lo bueno de este libro fue que la historia más fantástica, la más abstracta y podría decirse que hasta mágica, fue muy atractiva. Y después los acontecimientos nos llevan a dudar de si no será ésta tal vez la más real.
Es muy extraño el libro en ese sentido, por eso puede que en los primeros capítulos uno se confunda y tarde en aprenderse bien los nombres y las relaciones del entorno de cada personaje con tanto ir y venir entre voces. Pero vale la pena, por completo.
Héctor es adorable, con sus sueños y su rectitud. Fernando Albariconte es terrible, pero es de esos personajes que uno termina por querer a pesar de todo. Los dos representan los polos opuestos en una realidad, son las dos caras de la moneda, o puede que sólo sean los dos extremos del mismo camino (pasado y futuro).
Lo mejor es que, cuando se van leyendo las vidas de uno y otro, uno quiere conservar la esperanza de que hay todavía una oportunidad, de que el tiempo no es imbatible, de que las cicatrices pueden desaparecer o ser ignoradas. O al menos, que habrá un futuro mejor en el que no se repita lo mismo del ayer. Los personajes luchan contra la enorme rueda del destino que gira con fuerza para volver al ciclo eterno.
¿Lo recomiendo?: Sí, es una historia fabulosa.
Puntaje:
5 / 5
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