...la pluma conmigo.
Venía diciendo que iba a hacerlo, que tenía ganas de grabarme algo en la piel desde hace años, pero no me animaba a concretarlo. Hace poco, me obsesioné con algunos diseños que me parecieron interesantes y me di cuenta de que no tenía que ser el mismo dibujo que pensé en mi adolescencia, que podía ser más que un capricho y significar algo.
Me decidí por la pluma en mi antebrazo derecho, como una daga oculta que utilizo cuando la necesito. Y el diseño es super tierno, redondeado y con matices. No pudo haber salido mejor.
Amo a mi pluma. A lo mejor le haga un tintero que la acompañe en el otro brazo, no sé. Antes de decidirlo, voy a esperar a terminar esta experiencia (la curación es todo un proceso lleno de detalles, por lo que estoy viendo). Pero ya sé que voy a hacerme el próximo.
Tendría que hacerle un cuento a mi nueva pluma. Cuando esté curada, voy a premiarme dándole una historia.