Lucas había hablado con el camarero, cada detalle estaba cuidado. Y podía imaginar lo bien que ella se sentiría. Estaba tan entusiasmado, que se encontró asintiendo a todo lo que ella decía.
—¿Pasa algo? ¿Tengo chocolate en la mejilla? —preguntó ella, algo incómoda.
—No, amor —aclaró, apenas pudo reaccionar—. Estaba pensando en lo hermosa que estás hoy.
Rita titubeó, como si la hubiese descolocado. Él le dedicó su sonrisa más inocente. Cuando ella continuó, Lucas paseó la mirada por el reflejo de un par de piernas espectaculares que iban de camino al baño, sobre unos tacones altísimos y un vestido rojo de infarto.
«La ubicación del espejo en ese pasillo es perfecta. Tengo que acordarme de pedir esta misma mesa la próxima vez».
—Por eso necesitaba esta salida, Lucas. Te agradezco la cena. Ahora, necesitamos hablar…
—Sí, mi vida —asintió él, con la fantasía de dar respuesta al signo de interrogación que acababa de formarse en sus pantalones.
—Porque estamos…
«Volvé a tierra, Lucas. Es la noche del anillo. Después averiguamos el teléfono de la de las piernas a través del camarero».
Concentró su atención en Rita. Estaba encantado. Casi podía verla llorar de emoción, mientras le daba el sí frente a los aplausos del resto del restaurante. A lo mejor hasta lo grababan y lo ponían en youtube.
Notó que Rita carraspeaba y hacía una seña a los empleados. El postre se había terminado.
«Ahora».
Localizó a su aliado del champagne y levantó el índice, con la mayor sutileza. En segundos, el carrito con la botella y las copas estaban de camino. Lucas sintió que iba a ganar puntos para algún pedido sexual estrafalario aquella noche.
Pero otro pedido llegó antes a la mesa.
Desde el extremo opuesto del salón, habían traído una bandeja con fotografías surtidas. Diversos Lucas, en otras noches, con otras piernas, algún escote y un arcoíris de vestidos y zapatos aterrizaron sobre el mantel blanco. La frialdad en los ojos de Rita dio el toque final al regalo.
—Feliz aniversario —dijo, con sarcasmo—. Y el juego que hacen los espejos de este local es muy bueno. Uno puede ver casi todo.
—Yo… Rita, no… —balbuceó él, con la sangre a punto de ebullición y las miradas del resto de los comensales clavadas en la nuca.
El primer camarero no atinaba a retirar el carrito con la bebida, cosa que ella aprovechó.
—No vuelvas a llamarme. —Fueron sus últimas palabras, una vez que dejó la copa vacía sobre una de las fotos, con un golpe—. Y me llevo el anillo. Muchas gracias.
En youtube, el video batió récords.
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Relato original, inédito y de mi autoría. Escrito para el concurso de Denise L: Primera naturaleza.
O_O ¡Me ha encantado! ¡Y la frialdad de ella! ¡Genial! :)
ResponderEliminarUn saludo
¡Gracias!
EliminarBueno, como ya anuncié, ganaste la versión Wattpad del concurso :D La verdad es que me pareció genial, no se nota que tuviste que recortar tanto, quedó muy bien! El cuidado de la prosa, las selección de las imágenes, el manejo de la expectativa (sabía que algo iba a salir mal, pero no qué XD) y el tono más o menos humorístico, es simplemente genial. Parece que me hubieras tomado el tiempo y lo hubieras escrito a la medida de mi estilo jajajaja
ResponderEliminarMuchas gracias por participar!!! En cuanto tenga listo el premio te lo mando ;)
¡Gracias! ¡Qué lindo que te haya gustado! Lo escribí pensando que iba a salir cualquier cosa, encima la primera versión era puro resumen narrativo, tuve que convertirlo en acciones o pensamientos porque quedaba más plano que tabla de planchar xD
EliminarReconozco que lo del signo de interrogación lo saqué de un rapero coreano. La metáfora me encantó y me hizo reír.
Gracias de nuevo y espero con ganas ver ese libro de relatos ♥